En una selva oscura de terrible soledad
vive en la espesura un hombre mono de verdad.
Pasa de bananas y de agua de manantial,
y los negros le llaman Tarzán,
y le llaman ¡Tarzán!
Gasta en sus ropajes lo que un ciego en sus novelas,
igual con un pellejo se hace un traje que no veas.
Su cuchillo reluciente lo acompaña en sus paseos,
y los negros le llaman Tarzán,
y le llaman ¡Tarzán!
Cuando llega a casa cansado de trabajar,
sueña que mañana con Chita se va a casar.
Luego lanza un grito de terrible ansiedad,
y los negros le llaman Tarzán,
y le llaman ¡Tarzán!